Versión 1.0 - junio de 2013
Los procesadores de texto habituales (OpenOffice, Abiword,
WordPerfet, Word, etc.) siguen la filosofía lo que ves es lo que obtienes
(WYSIWYG en
inglés) y eso en principio facilita la creación de
documentos. Sin embargo cuando el procesador hace cosas
extrañas no podemos saber qué está fallando. Tan
solo en el procesador de textos WordPerfect se tiene la
opción de ver los códigos, por ejemplo, un texto en
negrita está entre dos códigos de negrita, de manera
similar al lenguaje html. De esta manera se puede tener el
documento limpio de códigos mal puestos (cuando modificas
mucho un documento puede que te queden códigos perdidos de
numeraciones, tablas, negritas, etc.) y se evitan los
comportamientos erráticos de los procesadores, que no te
dejan formatear el documento como tú quieres. Así,
comprobando que todo código abierto está cerrado y que
no hay códigos sin texto que formatear, te evitas muchos
quebraderos de cabeza. Pero el resto de procesadores no dan esta
opción, así que el usuario que quiera controlar la
situación se encuentra limitado.
Otra filosofía diametralmente opuesta de procesadores de
texto (y que resuelve el problema anterior) es aquélla en la
que el documento se realiza en dos pasos:
El procesador de texto TeX es un procesador de
este tipo pero tiene órdenes de bajo nivel que hace bastante
difícil su uso. Por eso la mayoría de las personas usan
el procesador de texto LaTeX, que son unas
macros de TeX que facilitan su uso (los ficheros fuente escrito
en LaTeX tiene extensión tex).
LaTeX es difícil de aprender pero genera documentos de
calidad profesional, de hecho en muchas editoriales usan LaTeX
para escribir sus libros. Además LaTeX es muy interesante
porque a la larga da menos trabajo, sobre todo si queremos
manejar documentos con mucho formato (ecuaciones
matemáticas, fórmulas químicas, partituras, etc.)
o documentos muy extensos (libros, proyectos, etc.). Si este tipo
de documentos los escribimos con un procesador habitual, lo
más normal es que dentro de unos años la versión
más moderna no interprete bien el documento y no digamos
nada si lo queremos abrir con otro procesador distinto, así
que tendremos que volver a escribir el documento si queremos
conseguir la máxima calidad. Sin embargo en LaTeX las
diferentes versiones son compatibles entre sí y existe
versión de LaTeX para todos los sistemas operativos.
Además el aspecto del documento es independiente de la
impresora o el monitor utilizado. No obstante para escribir una
carta o un documento pequeño lo más cómodo es usar
un procesador WYSIWYG, como por ejemplo el OpenOffice, que tiene
versión para muchas plataformas, incluidas GNU/Linux y
Windows. Además OpenOffice guarda los documentos en el
formato OpenDocument que recientemente (2005) ha sido elegido
estandar abierto por el organismo internacional ISO.